¿Cómo comenzó mi proceso para venir a enseñar a Estados Unidos como docente de intercambio? La primera vez que escuché sobre la experiencia de venir a trabajar a los Estados Unidos con un programa, fue alrededor del año 2011. En ese entonces me encontraba trabajando en el colegio Sagrado Corazón de Medellín y entró a trabajar Paula, una docente que acababa de terminar sus cinco años en Estados Unidos.
Ella me compartió de su experiencia y me llamó mucho la atención. Inmediatamente busqué la página de Participate Learning, el programa con el que ella había venido y llené el formulario de aplicación, que ya les he comentado es el primer paso que se realiza. Recibí un correo diciéndome que había pasado esta primera fase y programé el segundo paso que era una llamada telefónica para una entrevista.
Llegó este día y me llevé una sorpresa cuando la persona que me llamó me habló en español. Yo sabía que la entrevista iba a ser en inglés, así que me imagine que algo no estaba bien. Efectivamente la persona que se comunicó conmigo me dijo que antes de comenzar la entrevista formalmente, tenía que hacerme una pregunta con respecto a mi título universitario.
Esta etapa de mi vida definitivamente quedará para otros escritos, pero mi carrera universitaria fue muy extraña. A los dieciocho años, tomé la decisión de irme de misionera con una congregación católica. Los primeros cuatro años se llamaban formación y todas las misioneras debíamos vivir en un centro inmenso en Monterrey y dedicar estos cuatro años a estudiar.
Estos estudios eran convalidados por la Universidad Anáhuac y nos daban un título llamado Educación y Desarrollo que, nos dijeron, era equivalente a una psicopedagogía. Yo ya en algunos momentos me había metido de curiosa a mirar el pensum de lo que yo estudié y el pensum de la carrera psicopedagogía en la Universidad y me había dado cuenta que había muchas diferencias. Sin embargo, hasta el momento había podido desempeñarme como docente en diferentes colegios.
Cuando escuché a la persona de Participate Learning decirme que me tenía que hacer algunas preguntas con respecto a mi título, me imaginé por donde iba la cosa. Después de contestar algunas preguntas, me dijo que desafortunadamente con ese título no podía continuar. Que les había gustado mucho mi experiencia, así que si decidía estudiar alguna otra cosa, la contactara para continuar con el proceso.
No era algo que deseaba hacer en el momento así que pasaron más de cinco años antes de que retomara este proceso. En estos cinco años había cambiado de colegio dos veces en Medellín llegando a trabajar al que considero es la mejor oportunidad en mi ciudad el Colegio Marymount, había comprado un apartamento y me había casado.
La verdad es que me encontraba muy satisfecha con mi vida. Tenía un apartamento, trabajaba en el mejor colegio y mi ex esposo también tenía un muy trabajo muy bueno en la Universidad de Antioquia, una muy buena universidad de mi ciudad.
Cuando llegué a trabajar al Marymount, entró conmigo otra docente, Sonia, que al igual que esa otra docente que les conté antes, acababa de regresar de sus cinco años en Estados Unidos. El día que me lo contó, llegué a mi casa y le comenté a mi ex esposo.
Para ese entonces yo ya había estudiando mi maestría en Neuropsicología y Educación, pero ya nunca me había vuelto a acordar de lo que me habían dicho de que volviera a aplicar. Él me preguntó que si no me gustaría volver a aplicar ahora que ya tenía la maestría y le dije que sí, pero sin un verdadero interés.
Quiero comentarles aquí que una de las razones por las que no estaba muy entusiasmada de volver a aplicar era porque ya en ese entonces me encontraba casada, él era abogado y sabía que cuando llegara a los Estados Unidos, tendría que trabajar en cualquier trabajo, pero no en uno relacionado con su profesión.
Así que dejé pasar unos meses. Ante su insistencia, finalmente me senté a conversar con él y le dije que yo estaba dispuesta a hacer todo el proceso, si él estaba dispuesto a trabajar en cualquier cosa. Y creo que es algo muy importante que todas las personas que estén aplicando y tengan una pareja deben hacer.
Aquí he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas que han venido con sus parejas. Algunas de ellas están cerradas en que sólo están dispuestas a trabajar en su profesión. Aunque puedo decirles que los trabajos en Estados Unidos abundan y que por donde yo camino veo un letrero que dice “Contratando”, si la pareja es un/a ingeniero/a, médico/a, etc. será mucho más difícil encontrar trabajo.
He visto algunas personas que se han quedado hasta más de un año sin trabajar y esto mina mucho la relación.
No quiero con esto decir que las personas que sólo están dispuestas a venir si consiguen trabajo en su profesión están mal. Creo que todas las personas tienen el derecho de decir si quieren desempeñarse exclusivamente en su profesión o están dispuestos a trabajar en otras cosas. Lo único que quiero recalcar con esto, es que es muy importante que esta conversación se tenga.
Después de conversar este tema mucho con mi ex, tomamos la decisión de volver a comenzar el proceso. Era alrededor de mayo de 2017.
Seguí todo el proceso: formulario, llamada (que esta vez fue por Skipe) y recibí el correo en el que me invitaban a la segunda entrevista. Para ésta, tenía que trasladarme a la ciudad de Bogotá. No sólo era una entrevista, sino que además debía preparar una clase de unos 15 minutos.
Pedí el permiso en el colegio porque faltaría un viernes y conversando con algunos compañeros, me enteré que otra docente del colegio, Manuela, también estaba en este mismo proceso. Fue una experiencia muy bonita haber compartido toda esta parte del proceso con ella. Fuimos a todas las entrevistas juntas, viajamos hasta el mismo día a Carolina de Norte y hasta el día continuamos teniendo una amistad que valoro y aprecio mucho.
Esta segunda entrevista fue un poco más compleja que la que había tenido por Skipe. Más adelante me enteré, que básicamente la primera entrevista es para evaluar tu nivel de inglés. En esta segunda, además de dar esa pequeña clase de muestra, tuve preguntas más complejas como:
- ¿Qué estrategia de disciplina utilizas con un estudiante disruptivo?
- ¿Cómo le responderías a un padre de familia que te envía un mensaje de texto irrespetuoso porque su hijo perdió un examen y te está acusando de no enseñar lo evaluado?
- ¿Cómo enseñas el tema más difícil de matemáticas de tu grado?
- Y más por el estilo.
Fue una experiencia interesante porque allí pude conocer a otros docentes que estaban aplicando y creamos un grupo de Whataspp para estar en contacto.
A los pocos días recibí el correo en el que me decían que había pasado también esta entrevista. Ahora lo único que me faltaba era crear mi perfil en una plataforma para que los directores de los colegio pudieran entrar a verlo y entrevistarme si les interesaba.
Para crear este perfil debía grabar un video en el que hablara de mí. Se supone que no podía ser más de 2 minutos… ¡Y los que me conocen saben cómo me gusta hablar! Recuerdo que la persona que me lo revisaba me lo devolvió más de tres veces.
Ya íbamos llegando a diciembre de 2017. Es decir, que llevaba aproximadamente seis meses en este proceso. Y recibí un correo en el que me decían que Participate Learning quería hacer algo diferente ese año y que iban a viajar a Bogotá algunos directores y superintendentes para entrevistar directamente a los candidatos.
Aunque nos implicaba comprar tiquetes de avión, Manuela y yo no lo dudamos un instante. Allí pude conocer al que ha sido mi rector por estos cinco años y al que es el mejor rector que he conocido en toda mi vida de docente.
Nos recibieron con un desayuno en el que los representantes nos hablaron de sus distritos y sus ventajas. De Cabarrus County, mi condado, nos dijeron que tenía todo lo bueno. Podía vivir en la tranquilidad de un pueblo, con la vida de ciudad a unos 30 minutos, las montañas a una hora y la playa a tres. ¡Definitivamente ha sido así!
Esta entrevista fue un domingo. Al lunes siguiente fui a trabajar normal. El transporte que el colegio me daba me dejaba en una calle y yo debía subir caminando hasta mi casa. Apenas mientras hacía esta caminata tuve tiempo de mirar mi correo personal y vi que tenía una carta de Participate Learning en la que me hacían la oferta laboral. Fue un correo que me llenó de emoción y que aún conservo pues me decía que de todos los docentes aplicando para el año 2018 – 2019, era la primera seleccionada.
No suelo ser una persona que se complique mucho con este tipo de decisiones. He escuchado que muchas personas cuando reciben la oferta laboral se meten a mirar el pueblo, la población, etc. Y la verdad creo que es una práctica muy recomendable. Pero en ese momento yo sentí que era lo que la vida tenía para mí, así que acepté. Era el 6 de diciembre.
Después de esto mi proceso estuvo muy quieto y fueron más diligencias prácticas. En abril de 2018 Participate Learning me envió todos los papeles para solicitar la visa. Y cuando la tuve aprobada me enviaron los tiquetes y me pusieron en contacto con un Local Advisor, un docente de Participate learning que está en los Estados Unidos y te ayuda con cosas prácticas como buscar una casa, un carro, sacar el social security number, la licencia de conducción, etc.
Comenzó todo el proceso de vender las cosas que tenía, ahorrar para venir con un buen presupuesto, comenzar a mirar viviendas, autos y más. Y como esto da para otra conversación, lo dejaré para una siguiente entrada si les gusta que les comparta entradas de este tipo que son un poco más personales. ¡Así que déjenme sus comentarios y preguntas!
Si quieres leer más detalladamente los pasos para el proceso de aplicación visita la siguiente entrada:
También te comparto este video en el que hablo más detalladamente del proceso.
5 comentarios
Hola! Me gustaría , si pudieras orientarme, con preguntas puntuales que te pueden hacer los principals ..el 22 tengo entrevista!!!!
Son preguntas muy similares a las de cualquier entrevista de trabajo. Manejo de grupo, relación con padres de familia, manejo de casos difíciles, trabajo con estudiantes que tienen dificultades.